lunes, 10 de agosto de 2015

Etapa 8. Sarria - Portomarín


Llegó la octava y lo hizo tras un día especial. La llegada a Sarria estuvo marcada por el emotivo recibimiento que nos hicieron los familiares y paisanos que se desplazaron hasta tierras gallegas para acompañarnos durante las últimas etapas de este reto. Entre ellos, algunos de nuestros compañeros del club, quienes a primera hora de la mañana ya estaban con las zapatillas atadas y la elástica verdirroja colocada para recorrer junto a nosotros las cinco etapas restantes hasta alcanzar la ansiada Plaza del Obradoiro. A la salida también se unieron tres chicos valencianos, quienes nos vienen siguiendo desde hace ya varias etapas y recorrieron con nosotros los 21,5 km que nos separaban de la bonita localidad de Portomarín.



Pero antes, como cada mañana, tuvo lugar la sesión de e-motivación, que en este día giraba en torno a una de las escenas de la película Un domingo cualquiera, poniéndose de manifiesto la unión necesaria para afrontar los últimos día del Camino y volviendo a recordar que o nos curamos como equipo, o morimos como individuos.

Durante el recorrido pudimos sentir el apoyo de los peregrinos de una forma más intensa que los días anteriores como consecuencia del gran número de personas que inician su peregrinación en Sarria, punto desde el cual distan 112 km hasta la Catedral de Santiago, pudiendo recibir la compostelana, un documento acreditativo que entrega el Cabildo Catedralicio a aquellos peregrinos que hayan recorrido más de 100 km a pie o a caballo y 200 km en bicicleta. En mitad del tramo nos esperaban nuestros familiares y amigos para arrancarse con palmas a nuestro paso. Créannos que es la sensación más maravillosa e inexplicable que hemos vivido como conjunto. La llegada a Portomarín estuvo marcada por un pronunciado descenso que hizo estragos a nivel muscular en algunos de nuestros atletas. Y es que son ya más de 200 los kilómetros que llevamos en nuestras piernas, acentuándose ahora más que nunca el agotamiento físico y mental. Al final nos esperaba el puente que cruza el río Miño y una larga escalinata que nos llevaba hasta la Plaza Mayor de la localidad, donde una vez más –y ya van ocho- pudimos quebrar el cielo con nuestro grito de guerra junto al Ayuntamiento y la iglesia románica de San Juan. Un edificio que, por cierto, fue reconstruido piedra a piedra en la zona alta de esta villa por sus vecinos después de que las fuertes crecidas del río amenazaran con destruirla. Es por ello que, actualmente, pueden verse enumerados los bloques que componen la misma, fruto del orden que los habitantes del pueblo tuvieron que seguir para no perder una de los más destacados emblemas de su patrimonio histórico. Y en este escenario único es donde hemos realizado la actividad para concienciar sobre el Cáncer de Hígado y Páncreas, que es a los que estaba dedicada esta etapa.


Así por la tarde nos dirigimos a la plaza para disfrutar con nuestras actividades. La primera consitía en fomentar el consumo de bebidas sin alcohol y para ello hemos elaborado cócteles de zumos de frutas y bebidas sin alcohol. Dadas las temperatura que hacía hoy en Portomarín, ha venido muy bien estos vasitos de bebidas refrecantes. Los cócteles iban acompañados de los folletos informativos del Proyecto ya que como se ha dicho antes el número de peregrinos ha aumentado y es importante informarles para que nos ayuden a difundir nuestra aventura. De hecho nuestros tres amigos valencianos se han ofrecido para repartir folletos en los cruces de calles colindantes a la plaza del teatro.


Una visita emotiva que hemos tenido hoy ha sido la de Nuria. Nuria es una chica que está realizando el camino en una silla de ruedas. Al principio creíamos que su camino era distinto al de resto de peregrinos por lo complicado del paso de la silla de ruedas por los angostos caminos, pero nos ha sorprendido y emocionado al contarnos que no hay barreras arquitectónicas de la naturaleza capaces de frenarla en su duro camino hasta Santiago de Compostela. A su llegada a Portomarín, exhausta, la hemos acogido en el campamento que teníamos montado en un parque cercano al albergue para invitarla a comer. Nos contó su historia, y nos prometió su visita. Eres muy grande Nuria, campeona.


Las dos otras actividades para concienciar sobre el Cáncer de Hígado y Páncreas ha sido una exposición de fotografía con mensajes positivos y negativos sobre la enfermedad. Se trataba que las personas que pasaban frente a ella intentaran identificarlos y comentarnos su parecer sobre los mismos. Y la última actividad era la posibilidad de extracción de sangre en un autobús dedicado para ello. Nos hemos sorprendido bastante porque son varias las personas que se han subido para demostrar su solidaridad. En definitiva la tarde ha sido muy emotiva. No nos queremos despedir sin animar a esa chica de Madrid que al acercarse a nosotros y comentarle nuestro Proyecto, se echaba a llorar por lo que estamos haciendo. Prometió vernos el día 14 de agosto en la Plaza del Obradoiro y allí te veremos junto al resto de peregrinos que así nos lo hacen llegar cada día. Mañana más, os esperamos.


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